Page 39 - Остров свободы в моём сердце
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22 días después, terminó la odisea en La Habana. En el muelle, escribieron con letras
gigantes: “Hola Nikita Sergeevich Khrushchev”. Por motivo de la visita de 2.500 “especialistas
agrícolas” de la URSS construyeron una plataforma en el puerto, se reunió mucha gente:
muchos aplausos, como los ganadores de la Copa del Mundo. Aproximadamente una hora
después, nuestros barcos se dirigieron un puerto cerrado para descargar. Nosotros nos
dirigimos a un lugar llamado El Chico y nos alojamos en un antiguo reformatorio para menores.
Así comenzó mi servicio como guerrero internacionalista.
El mundo estaba al borde de una guerra nuclear, pero mientras tanto nosotros peleábamos
con el calor, la lluvia tropical, los mosquitos, la falta de agua dulce, aunque los cubanos nos
solían traer hielo. Pero hacer el servicio militar en la Isla de la Libertad fue como una poesía.
¡Aunque La crisis del Caribe no termina, la poesía del
Caribe sigue viva! A menudo recuerdo la naturaleza
exótica, el sonido de las olas y la belleza de La
Habana al atardecer, cuyas luces se reflejan en el
agua.
El equipo de soldados de comunicaciones en el
ejército es la parte intelectual del mismo, y ZAS es un
nivel completamente diferente. El acceso a nuestra
sala de control estaba prácticamente cerrado. Incluso
a algunos generales no se les permitía el ingreso a
nuestras instalaciones. Las máquinas de encriptación
funcionaban para la recepción y transmisión. Las
llaves: a diario, por minuto, por segundo. Estaba
prohibido hablar con los residentes locales. Para 7
millones de cubanos, había alrededor de un millón de
contrarrevolucionarios, opositores al Comandante.
La vida parecía serena cuando la orquesta rural
cubana tocaba desde la tarde hasta la mañana:
acordeón, trompeta, guitarra, castañuelas. El
campesino cubano llevaba una guitarra en sus
manos, mientras que nosotros, los soldados en
servicio de la Unión Soviética, teníamos un rifle de
asalto Kalashnikov. Y lo más importante, es que la ametralladora nunca disparó, ni los cohetes
subieron por el respiradero infernal. Ya que, si esto hubiera pasado, entonces, nunca más
hubiéramos podido disfrutar de las maravillosamente hermosas puestas de sol en la tierra ...
Los misiles en Cuba tenían ojivas nucleares. Esto fue un elemento disuasorio decisivo. Algunas
veces los barcos estadounidenses se paraban en línea juntos uno al lado del otro alrededor de
la isla, los aviones volaban de modo que casi podían tocabar los techos de las casas.
Yo cumplí dos años de servicio. Después llegó la directiva del Estado Mayor General del
Ministerio de Defensa de la URSS. Nuestra patria nos estaba esperando. Pero definitivamente
una vida tranquila no es para mí. Durante casi 30 años trabajé en la policía, fuí jefe de búsqueda
en la ciudad de Valuyki y ve retiré con el grado de mayor.
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