Page 78 - Остров свободы в моём сердце
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“Astra” soviético


                                                       Nací en el pueblo de Dezhevka, distrito de Solntsevsky,
                                                    región de Kursk. Mi mamá trabajaba como oficial de aceptación
                                                    en el ferrocarril, y mi padre como capitán en la policía. Fuí
                                                    reclutado en las filas del ejército soviético el 5 de mayo de
                                                    1980. La unidad militar de entrenamiento estaba ubicada en
                                                    Murom. De profesión, era ingeniero eléctrico.

                                                       Al comienzo del servicio, el comandante de la compañía
                                                    preguntó si alguien quería pasar su servicio militar en el
                                                    extranjero. Muchos estuvieron de acuerdo, incluido yo mismo.
                                                    Es cierto que quedaba menos de la mitad de este grupo, unas
                                                    diez personas. A algunos los retiraron  por razones de salud, a
                                                    otros por razones de disciplina, después se formaron equipos.
                                                    Uno de los equipos fue enviado a Vietnam y el nuestro, K-10,
                                                    a la ciudad de Pushkino, cerca de Leningrado. Nos dieron un
                                                    abrigo de otoño, zapatos, un traje y camisas.
           Yuri Ivanovich
           Zavodnov                                    Por la noche nos subieron a vehículos militares. Era finales
           hizo su servicio militar                 de otoño, hacía frío. Nos esperaba el buque “Baltika”, en el
           en los años 1980                         que navegamos hacia el eterno verano. En lugar de gaviotas,
                                                    los aviones de la OTAN volaban en círculos sobre nosotros.
                                                    Había un restaurante en el barco donde pasaban películas. Y,
                                                    probablemente, para vencer la ociosidad, el comando distribuyó
                                                                            a los soldados varios trabajos para
                                                                            ayudar a la tripulación del barco.
                                                                            Por ejemplo, yo en la cabina y pulí
                                                                            las palancas de mando, que, por
                                                                            ser de bronce o de latón, brillaban
                                                                            como el oro. Pasamos una tormenta
                                                                            en el Mar del Norte y a causa del
                                                                            cabeceo algunos caímos enfermos
                                                                            de mareos. Al acercarse a Cuba, los
                                                                            aviones volvieron a estar activos,
                                                                            los buques de guerra pasaban
                                                                            muy cerca de nuestra vista. Se nos
                                                                            prohibió aparecer en la cubierta.
                                                                            Luego comenzamos a incursionar en
                                                                            las aguas territoriales de Cuba. En la
                                                                            playa nos recibieron los lugareños.


                                                                               Después de la cuarentena llegué
                                                                            al centro transmisor en la provincia
                                                                            de El Gabriel (traducido del español


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